By Jane Valencia
Mis abuelos hablaban español, yo solo aprendí a hablar un poquito, pero ahora estoy tratando de aprenderlo. En honor a mis abuelos, me gustaría contarles una historia muy pequeña y decir una pequeña oración. ¿Les parece bien?
Gracias, queridos lectores.
Un día, estaba en el Jardín del Rosario en la Iglesia Católica de San Juan Vianney, y al final de mi tiempo ahí, noté pequeños seres viajando de un lado a otro a Nuestra Señora de Vashon. ¡Entonces noté que hay un nido de avispas bajo las manos en oración de Nuestra Señora!
Mientras trataba de decidir qué hacer, compuse esta oración.
Una Oración a Nuestra Señora
Madre Misericordiosa de la Gentileza y la Fuerza
Espero que guíes a tus pequeñas y
fervientes protectoras
las avispas
para que habiten en el bosque o en otro lugar
donde es poco probable que la gente se aventure.
Que todos los hijos de Dios, humanos
y criaturas por igual,
logren encontrar armonía unos con otros,
seguridad y paz.
¡Amén!
Con el vaivén de ancianos y niños en este lugar en particular, imagino que, probablemente, las avispas, al ser fervientes protectoras, entiendan – a grandes rasgos – por qué su nido ya no reside bajo las manos de Nuestra Señora. Sin embargo, la Santa Madre es la protectora de todos los hermosos seres de la tierra, y se que ella alberga a esta familia rayada en lugares secretos, conocidas solo por ella.
Gracias a Cynthia Sadurni por ayudarme con mi español.
English Translation
My grandparents spoke Spanish, but I only learned to speak a little. I’d like to tell a very small story and say a small prayer. Is that ok with you all?
– Thank you, dear readers!
One day, I was in the Rosary Garden at St. John Vianney Catholic Church, and at the end of my time there, I noticed small beings journeying back and forth to Our Lady of Vashon. I then noticed that there was a wasp nest under Our Lady’s prayerful hands!
As I was trying to decide what to do, I composed this prayer.
A Prayer to Our Lady
Merciful Mother of Gentleness and Strength
May you guide your small fervent protectors
the wasps
to dwell in forest or elsewhere
where human folk are unlikely to venture.
May all God’s children, human and creature alike,
find harmony with one another,
safety,
and peace.
Amen!
With the comings and goings of the elderly and children in that particular place, I imagine that the wasps, being fiery protectors themselves, likely understand – broadly speaking – why their nest no longer resides beneath Our Lady’s hands. However, the Holy Mother is the protector of all earth’s lovely ones, and I know she shelters this stripey family in secret places known only to her.
Thank you to Cynthia Sarduni for helping me with my Spanish.